jueves, 30 de septiembre de 2021

Solo quiero

Ahora quiero conocerte por dentro. ¿Tienes islas,

mapas del tesoro, un sol tuyo, constelaciones

ignotas? Si fuera barco navegaría por tus venas

hasta el corazón donde arde el misterio, con bandera

pirata recorrería tus pensamientos, me pararía

en los oasis de tu felicidad para sentir la aurora

que ilumina tus mundos. Comería de tus silencios

como una abeja triste que busca una flor encendida.

Y, al fin, amanecer en tu vientre, sin palabras, hundido

en tu noche. Solo quiero descubrir quién soy para ti.

 

 

miércoles, 29 de septiembre de 2021

El pájaro del norte

 


En invierno no voy al sur,
ateridas las alas,
lucho contra el aire gélido
que escarcha mis plumas.

Soy el pájaro de hielo que jamás se detiene.

Como un carámbano
que se desplaza entre nubes
yo enfrío mi memoria,
iceberg cuyo corazón es el fuego oculto
de mis días felices.

Y viajo sin el céfiro,
países polares,
iglús que, débilmente brillan,
bajo un sol de invierno.

No me busquéis en las playas del sur.

martes, 28 de septiembre de 2021

Soy un hombre que huye de sí

No sé si por irme ya solo me llegan los ecos.

Le hablan a mi sombra
que es un perfil mudo que asiente.

Las ventanas se abren como túneles al sol
sobre una faz que ya no me pertenece.

Todos dicen que aún soy el que fui.

Menos yo.

domingo, 26 de septiembre de 2021

El lugar desconocido de mis ojos

 Soy un rostro de cristal penetrado por la luz.
Miro el aire, la acústica del día, el gusto a sal
de las olas, el tacto que, levemente, se aleja.
Miro lo que nadie ve. Ventana soy sin los ojos
abiertos al color de la vida. Y, aun así, siento.

sábado, 25 de septiembre de 2021

Clepsidra

 


Habitarás la clepsidra que gota a gota muere.

No es un mar, ni un lago,

ni una lágrima oculta. 

Son tus latidos de agua que caen en la noche.


jueves, 23 de septiembre de 2021

Todas las razones

Te daré razones como capullos que han florecido.
Una sonrisa que forma un lazo de luz, el nombre
de las cosas que vivimos a la vez, un recuerdo
tallado como una cicatriz en la piel de los días,
los insomnios del sexo entre sábanas de hotel,
la partitura de un viaje que nació bajo el silencio
de los iris que mudan de color igual que un camaleón
virgen. Todas las razones que te doy me llevan a ti.

miércoles, 22 de septiembre de 2021

El amor es un camaleón

Solo se comprende la verdad al morir el sueño.

Tú, mi abrazo en la niebla,
tú, la singladura del amor en mis ojos tristes.

Fuiste mi sol en un noviembre de espinas,
el paso de tu cuerpo inmolaba la luz,
dejaba sin sombra a los pájaros,
el imperio de las princesas significó el albor
en los hemisferios de la lluvia
con su candil de agua.

Mi oscuridad rebotaba en tus pechos
y si hablar era un templo,
dioses y aventura crecían en la conversación extendida.

Visitamos la noche con las palabras negras que se vierten
bajo los dinteles de un insomnio de alacranes.

Y llegaba la espuma del mar
y el acento del amor en el eclipse
y las gaviotas locas que aman la música
y no anidan en tus iris.

Palpamos los viajes porque los mapas eran nuestra piel,
construimos un río con dos afluentes rotos,
siempre hay razones que se atraen,
imanes en la sed de los cuerpos,
un canal que une el ansia
con el reloj que anuncia preguntas ya resueltas.

Los episodios del amor son ventanas que se cierran,
y, sin embargo, el amor es un camaleón que imita tu color y el mío.

La oscuridad me habla

En un retrato a plumilla la boca dulce de la abuela.

El vidrio de la ventana da a un patio interior,
luz que muere en la luz como un carnaval de sombras.

La oscuridad es un párpado que ama los nombres.

Yo dejo que me pronuncie.

sábado, 18 de septiembre de 2021

Noctívago

 La luna en el suelo gime con la boca abierta,
madrugada de espejos que la lluvia limpia,
soy el pájaro terrestre que busca un dios sin alas.
Las praderas donde los balcones son cristales omnívoros
me cubren, me arropan con su sed hospitalaria.
El silencio yace en el vientre del crepúsculo,
hace horas que la luz se desviste, lejos de la claridad,
como una loba nocturna de ojos encendidos,
faroles en la niebla sobre un altar mojado.
Me cruzo con la ropa vieja del danzante,
un niño-hombre que fuma la brasa en su cóncava desnudez de dedos hermafroditas.
Son los murciélagos candiles oscuros que rondan las plazas ocultas,
la campana inmóvil del juglar no golpea el azabache,
ni la mirada del caballo, ni los arcos con sombra,
ni las arterias que ya no crecen en los ventrículos del parque.
Solitario, sí, bajo el perfume de la luna, solo junto al eco de mis pies,
qué compañía de ángeles negros, qué fantasma en el oro de los rótulos,
que artificio el del agua que suena a flor invertida, a nimbo gris,
a vocal sin labios. Cuántos pasos daré si quiero encontrar un sol
en mis zapatos donde solo exista el día. Dejadme que pise la madrugada,
hasta que se incendie de luz mi nombre, hasta que muera en mí el vampiro.

viernes, 17 de septiembre de 2021

El esqueleto de un huérfano

Después del túnel otra vez la sombra y en ella un relámpago,
una catedral de hombros donde orar.
Te conocí en hojas que caían de calendarios,
suave y exacta como un reloj de nubes.
El equívoco es como un párpado que no conoce el color
ni navega en aguas de marfil. ¿Cómo se mata a las estrellas
si un rompecabezas se aferra a la piel y crece y late
como un tejido de sueños?. Pronto aprendí que la verdad
se parece a un espejismo, sus cabellos cabalgan la noche
y la noche es tan sólo un dinosaurio sin esquinas.
Nuestro mundo se ciñe al cristal, es pequeño como un nido de átomos,
en él, los espejos crean el caos y miles de planetas se arrullan
hasta morir en tu centro. Al amor le gusta ser viajero,
sube a los áticos y a veces adivina la primavera entre ceniceros de invierno.
Pasaron los años que han perdido todas las guerras,
sobrevive lo que no se ve, el muérdago del deseo,
la pared blanca donde mis labios se entregan, la playa donde reposa
el esqueleto de un huérfano.

La llamada de tu voz

Hoy los ojos tristes cuelgan de los árboles
como manzanas de agua. Después de la edad
de los hospitales ya nada vibra, cometa sin cola,
quejidos en el refugio de tu voz que me llama
con la iconoclasta furia de las imágenes rotas,
con la raíz de los espíritus que sombrean el haz
del día, con la aventura del mármol en el jaspe,
con el fulgor del témpano sobre un mar oscuro.

miércoles, 15 de septiembre de 2021

Celebremos


 Hay una esgrima de vasos vacíos sobre el velador.
El humo es una máscara gris que imita a la niebla,
un cenicero colmado, una aseveración inoportuna
que enardece el ánimo, el sonido en cruz de las voces,
esa atmósfera donde las verdades quieren dibujar palabras
en el alcohol, tibia marea que se diluye en los labios,
se evapora, resiste en los vasos que se renuevan como
un aljibe denso, éxtasis de la comunión donde la alegría
canta, grita, baila con la efímera exactitud de los derviches.
Otra ronda, amigos. Otro brindis sin fin, por ti, por mí,
por nosotros, que un día dejaremos de estar juntos.

lunes, 13 de septiembre de 2021

Mujer bajo el farol

Todo es silencio bajo el farol. El haz envuelve
su figura de pilar latino, su muslo en ángulo,
la espalda humedecida por el frío de la pared,
un cigarro como brizna de fuego en los labios,
la calma de la noche invade su piel, respira
el corazón de la bruma, quieto su rostro
mientras expele el humo de un Gitanes,
la falda de charol y las medias en retícula
como una colmena nocturna. Se abraza
a la rebeca, índice y anular rozan su barbilla
de estatua, si me acerco ya no es Lili Marlen,
pero tal vez me invite a un cigarrillo.

domingo, 12 de septiembre de 2021

Analogía del cirio

 

Creí que su pábilo era largo y profundo como un viaje eterno.

 

De llama débil a hoguera, de embrión de la luz a fosforescencia.

 

Pero había sombra, una sombra de espejos que apagó la luz.

 

Como un cirio que, con lentitud, se extingue; así la vida oscurece.

 

 

 


La casa efímera

Solo conozco sus pasillos como venas dormidas.

Cada habitación se extingue en el dintel,
oasis nítido donde entra la luz,
muebles que llevan una cicatriz en su rostro,
secretos blancos de niña en los balcones.

El hogar que soñó el arlequín,
tu pijama de grecas en las madrugadas azules,
la sinrazón de los jueves en el cristal,
la lluvia, para ti, es un jardín de agua.

Tu sombra en el trasluz como un pájaro de paz,
con su rama de olivo, y este silencio de palomas muertas
que tanto nos hiere.

sábado, 11 de septiembre de 2021

A quién le importa el futuro

Yo te quise antes de que nacieras,
el mismo reloj en la fiebre de los latidos,
la misma razón en el bulbo de un pensamiento,
los pasos,
tú en el frío,
yo en la onda del mar,
la osmosis de los cuerpos es un grito inaudible
donde amanecen los pájaros.

Tuvo que ser la edad una guirnalda,
en la memoria de la luz somos los cisnes perdidos en el cielo de Yeats,
los dioses fugitivos de Byron,
el horror de Shelley bajo el relámpago.

Pero llegaste con tus hombros azulados
y ese imperio del junco
que te alza y no deja
que el aire te roce con sus besos de nube.

Era verde tu canción,
tu canción muda escrita en los iris,
era la lágrima del adiós
un músculo humedecido por la tristeza del silencio.

Tu mano es la mía,
en un viaje sin alas se pisa el sudor de la tierra,
la raíz de los árboles,
la luz sin regreso
en los poros de una piel que sobrevive a los veranos.

Te doy mi callada lengua para que llore en tu vientre,
te regalo mis miedos porque sé que tu voz es un ejército de amapolas furtivas
que dona un rojo a la frialdad de los carámbanos
hasta encenderlos con sus alfiles duros,
así el diamante que fulge en la noche.

De pronto me has mirado
y yo he visto en tus ojos jardines en un púlpito,
oasis sin desiertos,
álgebra sin números,
solo un puente de tablas desnudas,
lianas débiles;
abajo se precipita el futuro.

Pero a quién le importa el futuro
si aún nos desconoce.

viernes, 10 de septiembre de 2021

Historia de Juan

En la vastedad de la roca, el desierto caliente como

una flama. Su grito, que anuncia otra claridad, donde

purificarse sea un canto de luz, el presagio de un hombre

divino doblemente bendecido por las aguas del Jordán,

en su frente una paloma blanca, el símbolo tripartito

que ungirá su voz, la analogía de la verdad que desnuda

al poderoso, la fe en otra forma de vida, sin perjurio

ni lascivia ni carne que traicione la virtud, el odio

en boca de hembra con bailes de mimbres y gasas,

espejos que un cuerpo joven embriaga, en los labios

la promesa de un deseo que la adolescente ignora,

odio de madre, tajo en los ojos de la culpa, sobre

bandeja de oro la sangrante cabeza del ungido,

sacrificio de un precursor al que nombrarán santo.

miércoles, 8 de septiembre de 2021

Siempre te alejas

Quiero devolverte al tiempo en que la fiebre

del agua amanecía. Yo olvidé mi voz sin edad

entre los acantilados de aquel país del norte.

Construiste un tren de algodón que unía las islas

de la sal con los equinoccios de una nube que amó

las alas de los cisnes. En papel celofán un dibujo

de tu aura, recuerdo el brillo de la luciérnaga

en tu camisa como un faro de luz sin mar ni tiniebla,

y el color de tus labios de tinte oscuro igual que el azabache

o el grafito. Es tu sombra un abrazo de ángeles verdes,

te vi bajo las acacias como una enagua expuesta al sol

del deseo. Hay golondrinas que te llaman sin parar.

Pero tú nunca respondes, siempre te alejas.

domingo, 5 de septiembre de 2021

La belleza adolescente

Puede ser sutil como el perfume de un aire,

a veces el color dibuja en la piel arco iris,

a veces es sonrisa en un cuerpo erguido,

a veces ignora la exactitud del perfil que deja

huella en la mirada próxima. Haz de luz

sin memoria, astro de ojos azules que huye

del ensueño. Arrobo de tallo que anuncia

una flor nocturna en el arrabal de las sombras,

latidos de hembra virgen como vuelco de campanas.

Un látigo feliz que arrodilla los sexos, sin otra iglesia

que el brote adolescente. Germinal capullo, estéril

en el jardín del relumbre, fugaz como el misterio

de un ángel, exacto como un cuásar en su huida.

 

 

Peugeot 205

 


Recorre con nosotros mapas en la luz. Como un gato

alegre persigue la cintura de las carreteras, fluye

en los surcos del alquitrán con brincos de cimarrón,

pájaro de hierro que se desliza sobre losas antiguas

o autovías imberbes en veranos sin final. Perfume

salino o aroma de bosque, ríos escuetos como un hilo

veteado de agua joven, astucia de la geografía que

nos lleva, sin querer, a los paraísos de la multitud;

a ese enjambre de sudor, pieles y ojos que en días

fugaces guardan la memoria de los espejos, el latido

sincrónico de una ráfaga de coros. Música que nos

nombra en las calles y en los puentes, en los museos

y en las cafeterías, en los hoteles sin paz, bajo

el mercurio de un sol que calcina a los pájaros.

 


viernes, 3 de septiembre de 2021

Viajes

El primer viaje es un itinerario de sangre,
un clamor de glóbulos, una celebración de vida.

Era como desvestirte de tus gasas blancas,
desnuda en el baile de los murciélagos,
tu volar, sin destino, junto a la fuente seca del verano.

Te prometí el tílburi de un viento, donde cautiva de la luz,
viajaras con la cicatriz de los pájaros,
a la aventura de los países fríos
y los carámbanos azules.

Así aprendimos que hay una rosa pérfida
bajo el cristal redondo de la bruja,
y fuiste historia del Ártico
y, también, palmeras en la playa de un sur inhabitado,
fuiste ríos de plata en suburbios de ciudad,
laberintos en un cráneo virgen que impulsaba la astucia del desorden,
la negación de la raíz, la pústula en el mistral
que rocía a las naciones
con su lluvia de ángel.

Y vimos el revés de las horas en un reloj de pámpanos y nieve,
más allá el sudor del espejo
que solo reproduce la memoria del lugar,
el perfil de tu cuerpo al esclarecer la noche.

Huir a los parajes del olvido,
coníferas húmedas en bosques impuros,
el mar hastiado de color,
ya que es imán de arcoíris,
alba de luna en las bahías del ensueño.

A ti te gustaban las islas,
creías que eran pendientes caídos de sirenas gigantes,
astros con forma de mujer en la levadura cósmica
de los ciclos que el fractal enciende.

Viajaré si en tu voz hay idiomas que nunca oí,
serán tus sílabas un relato,
una elegía,
donde un dios
o un demonio
inventen mundos;
al fin estatuas seremos 
con los ojos pétreos,
sin danzar,
porque el granito no permite que un espíritu salte,
brinque, se mude
tan lejos de su casa.