viernes, 28 de febrero de 2025

La voz

 Es un jilguero que atraviesa el aire y escribe palabras en la luz con la espuma del tono llegando a los oídos como un código que hay que descifrar en un diálogo donde el lenguaje es un pasajero de la verdad o de la máscara que urde historias tan frágiles que jamás se cumplirán, modulación de la palabra en el recipiente del sentido que diseña hilos de entendimiento, a menudo seductora igual que un labio cuando pronuncia las palabras como si fuera un ruiseñor bajo la noche cálida de un agosto lunar, grave como un río subterráneo, estridente como el chirrido del metal cuando lo afila el miedo, coro infantil en los parques y en los colegios, armonía de la canción si las notas son pájaros que vuelan libres por los cielos donde el silencio se inclina ante la belleza que inunda el corazón con la melodía de un ángel en las cuerdas vocales de un interprete que nos emociona sin saber porqué, grito procaz o susurro, en la confidencia flor de seducción, en la vejez ahogo de un manantial que apenas fluye, y si te hablo a ti un pedazo de amor o de amistad, con ella, y por ella, la palabra siempre canta.

miércoles, 26 de febrero de 2025

Nieve y luna

 

Cuánta ternura en la nieve que cae bajo el asombro del día.


Así eres tú, silencio en la quietud que se disgrega

formando pétalos de agua, flor lívida tu piel blanquecina

con racimos de escarcha en los pechos, rocío que moja

el ardiente flujo de la pasión y deja un rictus en el rostro

de filamento herido por la fría nube de un pálpito helado.


La nieve calla su historia de tapiz y nombra la cadencia del aire

donde baila la hilatura de los ejércitos mudos,

aquellos que colonizan los paisajes de marzo

con las flores frágiles de su cabellera alba.


Nieve sin arpegios, nieve de ángel en mis ojos que lloran nieve.


Luna, ven a mí, no dejes caer esta lágrima de hielo que asoma

en las pestañas como un dibujo de cristales hexagonales

derramándose por el jardín sin abrigo de la hipotermia.


martes, 25 de febrero de 2025

Puñaladas

 

Daña la carne el filo que acaricia mi pecho,

hiere la desnuda piel con su paso raudo,

un zigzag, una muesca, un labio de donde mana

el llanto púrpura del corazón con la savia roja

de la herida derramándose en fluido tenaz,

incesante la caída del jugo vital que sembrará

la tierra con la semilla del dolor, tiñe la amura

de mi costado de pez rojiza antes de volverse

cicatriz sin nombre, compañía de futuro,

testimonio que niega la virginidad de mis poros.


lunes, 24 de febrero de 2025

El olvido y la noche

 

I


Si nadie me leyera

las palabras serían pájaros

en el viento del olvido.


II


Escribir como escribe un recluso en su cárcel de versos,

sin la luz que convierte lo trivial en asombro,

sin la magia de la inspiración

tras esta pluma mía

de la que solo

mana noche.


domingo, 23 de febrero de 2025

El deseo

 

Es una procesión de hormigas por la sangre,

la fiebre que anula el sentido de las cosas,

un impulso ciego que impide dormir a la inocencia.


Hay en él artificio, nunca saciedad,

es ímpetu salvaje o maduración consciente

que agota el tiempo con la sola idea de cumplirse.


En la cercanía está su territorio.


Se codicia lo que los ojos pueden abarcar con la mirada,

lo que el tacto puede acariciar con los dedos,

lo que el gusto saborear con la boca,

lo que el olfato oler con la nariz atenta al perfume de la vida,

lo que el oído oír por medio de palabras que siempre dicen sí...


Sin deseo no seríamos humanos.


sábado, 22 de febrero de 2025

Lo dijo el poeta

 

Cómo cambia el color del mar en la singladura:

azul, verde, gris, la eternidad.


Mi barco navega sin rumbo,

este y oeste, norte y sur

se confunden.


En cada isla un sueño:

de Calypso, el amor,

de Polifemo, su único ojo,

de Circe, la hechicería.


¿Cuándo, al despertarme, veré mi hogar?


Penélope teje y desteje el mismo bordado:

le da tiempo al tiempo.


Siempre hay lejanía en el horizonte,

nunca la llegada asoma a mis ojos.


Lo dijo el poeta, Ítaca es el viaje.


viernes, 21 de febrero de 2025

La llovizna

 

Oh! agua clara y tenaz como un ruido que trastorna suavemente

los silencios de la noche, en ti hay lágrimas corales que caen del cenit

sin estrellas entre la negrura y el frío tenue de un amanecer de invierno,

llovizna vieja que bajo la luz sin alma de un farol lanzas tus alfiles

al sueño de la penumbra, transparencia de abalorios en el alféizar

donde el brillo sin color de la madera resplandece atenuado

por la templanza de una lluvia que posa su débil manantial

sobre el vidrio desnudo de mi habitación vacía, lento el arpegio

que vaga en alud y atraviesa con su oleaje rumoroso la inicua

densidad del aire, en mi piel no es sudor el hilo que se desliza

en surco y traza meandros casi invisibles por el territorio renegrido

de mi tez, en el telón de mis párpados la lluvia nunca va a morir.

jueves, 20 de febrero de 2025

La rosa

Hinca la rosa en el vientre del búcaro su mutilada raíz,

erguida la flor como un mástil púrpura en la tez matinal,

con la seda de sus pétalos y la firme corola, con el espinar

que recorre la piel de su talle para que en tu índice amoroso

nazca el carmín que secretamente acercarás a los labios;

capullo de primavera fugaz, se aja y sufre la desventura

del tiempo; en la brevedad de su ser está la razón de su existir.

miércoles, 19 de febrero de 2025

Nada está inmóvil

Sacuden las alas los pájaros del adiós.


El río vierte su savia en el flujo de abril

con la alegría que baja rumorosa

como si fuera un cascabel de cristales traslúcidos

atravesando las dunas del aire.


Tú bailas en la ciega noche sin la luz de las plazas

ni el neón que ayer vertía en tus hombros una nieve brillante

igual que un arco iris multiplicándose

en las olas de un resplandor furtivo.


La palabra cruza el árbol de los diálogos

y llega a ti como un colibrí llega al nido

que pronuncia tu nombre entre una multitud de nombres.


Mi corazón es una voz tímida que sigue el compás de un ritmo fiel

sin saber que algún día la ceniza del tiempo

acallará su monótono latir.


En toda flor hay un crepúsculo y en todo amanecer hay un olvido.

martes, 18 de febrero de 2025

Tu hogar de niebla

Allí donde la luz es de agua y el sol

es un pez dormido en la corriente del cielo;

allí donde no atisbas ni la huella de tus pasos,

ni la sombra que persigue tu perfil, ni el azul

tan claro de agosto, está tu hogar de nubes

en la mitad de un jardín húmedo,

en el justo medio de la nada.

lunes, 17 de febrero de 2025

De algunas formas de la fragilidad

 I

Antes de romperse

la copa vibra

como un presagio de finitud.


II

Su alma de porcelana

no admite el contacto de los sentimientos,

sufre si se abre al mundo

como una flor que espera la luz del día

y no la oscura noche.


III

Tu lágrima es un río sin fin,

duele o no duele

según sea su origen

sufrir o gozar.


IV

Burbujas de jabón

que el aire mece,

después de su estallido, la nada.


V

Se quiebra por dentro

lo mismo que el cervato

ante el lobo que lo mira.



Nómada

 Veré los mares que conocí en los libros solo por su nombre cuando viajé en sueños hasta las islas de coral, con el silencio por compañía, entre vericuetos, junglas y selvas intrincadas como tapices de vegetal sombra, a través de ciudades uniformes donde el sol clava el mástil de su luz en los vidrios más altos de la metrópoli, por las veredas en flor, entre cañadas, bajo nubes arracimadas igual que frutos negros en un árbol de oscura faz, con la sed infinita de quien vaga por desiertos, sin el zumo de los cactus en la boca, sin el oasis donde el agua finge ser agua, sin la cantimplora ni el cántaro, sin el aljibe ni el pozo por el que fluye un río eterno, alejándome por las sendas de la nieve con su alud sin esperanza, cruzando bosques como quien cruza las arterias verdes de un mundo nuevo, prosigo, nómada de mí, sin que paren mis pies de transitar, hasta el fin, todo lo que soñé el día que empecé a caminar.

sábado, 15 de febrero de 2025

Los iris

Veré la diminuta forma de mi cuerpo en tu mar profundo

allí donde los paisajes me visten con tu verde y vuelan pájaros

en la cristalina ventana que jamás cierras cuando sientes

la cercanía de mis ojos en los tuyos; en la quietud de tus iris

hay un fulgor de meteoro que cruza los paraísos más negros

cuando la noche, con su llama boreal, amanece y da luz al misterio

que aproxima una faz a otra faz, espejos son los iris en los que tú

me ves a mí y yo te veo a ti como si se tratara de un film con dos

personajes que, a pesar de sentirse unidos, nunca están juntos.


viernes, 14 de febrero de 2025

La navaja

El metal brilla al bies de un sol de verano.


Abierta es un asta de acero que empitona la luz

con su punta sin óxido bajo el azul del día.


Pruebo a hendir la superficie que recubre el carozo con el filo cortante de su arco.


Brota la savia del corazón maduro

mientras aproximo a mis labios la pulpa donde el gusano abrió

un pozo de oquedad en el vientre rendido de la pieza.


Con el índice y el pulgar ajusto el gajo que llegará a mi boca

sobre los quince centímetros del espolón húmedo.


Arma que no servirá al odio ni a la locura,

ni será flor de una herida que deje su cicatriz en el manantial rojo de la carne.


Solo será la herramienta que con amor desnude la piel de un fruto.


jueves, 13 de febrero de 2025

De piedra y barro

 

En su memoria de eternidad hay siglos cuyos ecos aún retumban

en las naves de las iglesias, en los castillos de secular presencia,

en las fachadas mordidas por la furia del aire, en la roca de vetas

azules, en la mineral esencia del cuarzo que se muestra indiferente

a la luz, a la húmeda cicatriz del agua, a la erosión de los vientos

que pulen la áspera piel de las catedrales, con el sencillo guijarro

bajo la faz del río, y su cuenca noble, blanda y fugitiva como

una serpiente que se arrastra en busca de luz por el lecho fluvial,

rumor cristalino, resol que penetra la veladura del agua

hasta el cauce turbio de fondo pétreo, con la lápida y la rosa

negra de basalto en la mirada, el mármol de los suelos y la arcilla

de la que brota el cántaro que saciará la sed del campesino.

miércoles, 12 de febrero de 2025

Palabras

Me sirven para decir aurora, calandria o delfín.

Sus letras no son un juego,
son la armonía de un significado
que trae hasta mí una verdad desnuda.

Con su apariencia múltiple, pueden ser murmullo, grito, 
oración, música, diálogo de voces en la invisibilidad del aire.

A veces hieren si el rencor, la maldad o el enfado
asoman al perfil de unos labios.

Otras veces son efluvio de amor, ternura de ángel,
consuelo que regala al corazón las flores más cálidas de la felicidad.

Y si llegan indiferentes, duelen como si le faltaran a un pájaro
las alas que invitan a otro pájaro a volar juntos.

Cuando hablo conmigo son mudas,
cuando hablo contigo se transforman en mensajes de paz,
en las rosas rojas de una amistad que crece
dentro de los relojes del tiempo compartido.

Sin ellas no hay luz en la vida de nadie.

martes, 11 de febrero de 2025

El sueño de vivir

 

¿Es tu locura el círculo o la elipse

que no cesa de envejecer

con el latido constante

de este sueño

llamado vida?


Ay! corazón que entre las olas de un mar rojo

te muestras como playa de mi existir

sin que la noche atraque en la orilla de tu arena

solo día en la luz de mi puerto niño.


Continúa, riega mi sed,

dame tu impulso de pájaro fugaz

para que vuele el meteoro de una ilusión

por los jardines todavía en flor de esta vida que ahora sueño.

lunes, 10 de febrero de 2025

El frío que provoca tu ausencia

Hay una pausa de latidos en mi corazón de hielo,

inmóvil la carne, como escarcha sobre la nieve,

recibe la caricia del sol entre la niebla que asoma

por el pretil del alto muro, agujas que hincan su frialdad

en los tejidos con ápices de carámbano en la cálida piel

del soñador, se impregna el cristal del aliento dulce

de la madre, sus dedos dibujan ríos de oro que surcan

la memoria del trópico en el tapiz húmedo de la ventana,

ausencia del leño en el fogón, del abrazo que niega la fría

mansedumbre del aire por los rincones del hogar,

de la estufa donde la brasa emite su canto de volcán

adormecido, de la claridad que deja en la atmósfera

la flor del alba como un beso de luz en el rostro alegre

de la mañana, presencia del vaho y de la luna

con su alfanje de hielo en la bóveda blanquecina,

en el ártico corazón de este silencio sin ti.


Yo también creí que eras Lolita

¿De dónde partir? Aquella gárgola se despereza,
tiene su yugo, su almendra, sus mil preguntas de ámbar.

Pienso en alas de terciopelo, enormes alas de cansancio,
que me abrazan hasta la savia de un árbol sin ojos,
(ya sé, hay demasiados peldaños para el equilibrista,
sus pies no recitan el verso, ni adornan los tapices del hemisferio).

¿Quién incendió el idioma sobre el tacto,
a tan sólo cuatro metros de tu espejo?

Yo volví a los tambores, pero tu huella exacta no orinó como brasa de quietud .

Tú, tú y tú sois el hacha de mi mentira,
sin canción, sin miércoles, sin el adiós de los trenes
ni la media negra acostada en mi sexo.

¿Queda algún rumor de fuentes blancas?
Increíbles los ópalos en tu mano escarchada,
o tu labio inaudito abriéndose como una pulpa roja en los manglares.

Nada, ni un jazmín amándose, ni la princesa en su ortodoxia,
ni el crisol que engaña el paso
me enseñaran tu fina grieta de asombro.

Niña del deseo, tu juventud se extiende como un mar o un sueño de pájaros .

¿Hacia dónde?

domingo, 9 de febrero de 2025

Si pudiera decirte

 

Vierten su luz las ascuas para que observe el perfil

de mi sombra en la lisa pared, adentro solo hay dibujos

pálidos sobre el cuarzo rocoso, el misterio de la luna penetra

débilmente en la oscuridad como rayo ambiguo que gozara

con la apariencia rugosa de unos pliegues que ocultan

nuestros signos trazados con la sangre ya desvaída

que será memoria del existir mudo de la especie en el confín

más lejano de una tierra por conquistar; hay murciélagos

que forman un techo de carne oscura y móvil, ella es el mito

del origen con sus anchas caderas y los senos de donde

mana el flujo blanco de la leche en la boca mínima del sucesor;

yo soy quien ase el sílex, el que cubre con la piel del animal

yerto su desnudez de hembra, el que vaga por el frío

del páramo y aún no puede llamarse hombre, aquel

que un día remoto existió para que llegaras a ser tú.


sábado, 8 de febrero de 2025

Desahuciado

 

Seis habitaciones vacías,

la ropa antigua que ya no uso,

muebles y objetos que han perdido su identidad.


Las ventanas sin abrir y los espejos sin rostro


Ni voces ni risas,

ni música ni canto,

ni luz ni sombra.


Nada perdura ante la negación de haber sido.


viernes, 7 de febrero de 2025

La eternidad de las cosas

 

Así como soy carne, piel y huesos, sucesión de latidos,

viveza que languidece sin el oasis de la pausa, también 

las cosas palpitan en su densidad o en su fluir, en su testimonio 

donde la indiferencia es opaca como una sombra que hubiera

renunciado a perseguir la luz móvil de un sol errante,

en el artificio de su posesión que es un sueño de imágenes

inasibles, aunque el papel o los números, el tacto que me da fe

de su realidad, la visión que las hace mías porque están

en la cruz de los iris como un testamento vital bajo el que transcurre

mi existir, el gusto amargo, dulce, salino, áspero o jugoso

del frutal y la verdura noble, de la magra carne y el húmedo pez,

del merengue o la almendra, del arroz amarillo y la legumbre fresca,

del plátano y la aceituna ácida, de la alcachofa amarga y el erizo

que conserva la sal de los océanos, con el oído que reconoce la voz

familiar, la sinfonía y el rumor del agua, la música y el trino

del pájaro, las palabras que forman esa red donde la razón

y el sentimiento son los versos de un poema sin retorno

para revelar su identidad entre hemistiquios que dividen

el suceder de los años, y el olor que llega ,nunca indiferente,

para que aspire la infinita esencia de lo que es puro y limpio,

también de la podredumbre y la putrefacción, el aroma de la flor

cuya raíz se alza sobre el fango de la decrepitud, me posean; todo seguirá

sin mi carne, mi piel ni mis huesos hasta el fin de mis latidos en tanto existan un sol,

una luna y unos nombres con que poder nombrar la perennidad de lo vivo.

jueves, 6 de febrero de 2025

Oda a la pureza

Intacta en su misterio de ónices y vetas donde el tigre

de la luz no muerde el corazón mineral, agua limpia

de resol y brillo en la atmósfera que agita el aire

con la raíz del viento en la piel de un manantial

que baja por los surcos abiertos como un torrente

cristalino entre los álamos y la fronda que amparan

la canción del río, ósmosis de la desnudez y el color

en un cuerpo adolescente que baila ante la hoguera

del azar con la alegría del príncipe en sus ojos claros;

nunca la ceniza, ni la podredumbre, nunca el óxido

que corrompe el metal de los espejos, nunca el carmín

de la sangre sobre la nieve, ni la palabra sucia del impostor

en la boca de la noche, nunca el ópalo manchado por el tinte

del desprecio en el alma que sostiene a la virtud más viva.



miércoles, 5 de febrero de 2025

Presentimiento

La luna que ya no será mía se vierte en los párpados

ocultos por la sombra, llegará el silencio tras el latido

que derrama su llanto sobre la carne última como un ascua

en el corazón del viento alejándose hacia los paraísos de la nada,

detrás de mí florece la rosa en los suburbios sin paz del abandono,

¿y la llanura, el faro, el eclipse, el pico más alto y la sima más baja, el beso, 

la ola en el mar, tu abril en mis ojos, si al fin lo único que queda es la noche?

El vaso

Crucificado por la luz, diamante desnudo

que muestras el coral de tu líquido fugaz,

en tu piel dura mis huellas son un rastro de amor,

acerco mi boca sedienta a la orilla pulida de tu pozo,

en él la savia incolora del agua o el vino carmesí

son una flor que beben los labios, sin saciar su caudal 

mi sed aunque día tras día derrame sobre mí sus pétalos.



lunes, 3 de febrero de 2025

Los pasos

Ellos niegan lo estático,

no son pilar de audiencia,

ni raíz anclada

ni roca sin pájaros,

ni cruz inmóvil,

ni hogar eterno.


Son el ritmo libre del ciempiés,

la voluntad que hiende el aire

con la lejanía acercándose

como una bandera de paz.


Por si solos no son nada,

juntos son el camino

por el que circula

tu vida.


domingo, 2 de febrero de 2025

Dentro de mí

 

Dentro de mí el surco donde las semillas de la luna

dejaron un río de marfil tras el sereno flujo de la edad,

las caras son ahora fugaces vestigios en el cristal de mis ojos

que aún vuelven a la luz como pájaros que no huyen del sol

al amanecer de unos días que ya no mutan prendidos a la voraz

rutina donde el recuerdo se viste con la ropa vieja de la infancia,

con la dulce canción de la juventud en el eco que los latidos

del corazón remedan como tambores en la noche fría

de este suburbio llamado vejez, con la dura imagen de lo ido

que retorna desde el escondite irreal de la memoria

hasta la identidad de un hoy que recoge en su matriz

todo el tiempo de la luz y los trinos en el jardín de las metáforas

donde al amor era un arco iris que extendía su media luna

por el abril de mi ansia, como un beso extiende su húmeda

sed a través del canto invencible de la ciega carne.


sábado, 1 de febrero de 2025

El carnaval de la doncella

 

¿Qué hay detrás del ropaje y la máscara sino tu desnudez

fruto de una herencia más antigua que tu nombre? Cantos,

risas, el baile de las sombras, la identidad es un misterio

sin revelar, las carrozas engalanadas con el artesonado alegre

de la vestimenta florida, el rímel, la faz oculta, quizá de hombre-mujer

o de mujer-hombre, los cánticos agridulces donde la sátira

es una algarabía de coplas procaces, de atrevimiento en la voz

fingida que cree conocer el alma de los espejos, ingenio

de arrabal, de plazas multitudinarias, de tambores y guitarras,

de jolgorio en las calles como exaltación de júbilo frente a la vida

triste de las colmenas. ¿Qué ocultas bajo el canesú, el miriñaque,

la enagua con lazos verdes y rojos, el vestido de seda expuesto a la luz

de las arañas, amarilla como savia de ámbar en tu piel fingida,

tus medias color de nube, los finos zapatos que calzan tus pies vírgenes,

la muselina y el abanico, los polvos de arroz, el carmín de la boca,

los pendientes de cristal y ese rubor de dama núbil que escucha

entre suspiros y ensueños el rigodón estelar de la noche?