miércoles, 30 de octubre de 2024

La pequeña luz que me guía

 

Mi calle no existe, solo es niebla y oscuridad.

Un farol o un fanal en este mar espeso, una luz

de cerilla o de cirio entre el índice y el pulgar,

un minúsculo fulgor en medio de la noche húmeda,

una silueta en el espejo brumoso de las nubes

que vaga ceñida por el agua gris del cúmulo,

sin un horizonte claro, sin el vestigio del sol

amanecido en lontananza, primitiva luz

entre mis dedos, fugaz como el resplandor

de un ángel en el vértice de las sombras.

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