Atravesada por la música,
peonza de carne que gira,
salta, vuela con escorzo de pájaro feliz.
El tu-tu y las medias,
el maquillaje como una máscara,
los labios rojos y la expresión inocente del cisne.
Grácil se eleva su cuerpo
suspendido en el aire
por los arduas manos
de un bailarín impúber.
Silencio desde la negrura,
la redondez del foco enmarca su busto
que se inclina como una rosa en celo
sobre el atril de la noche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario