lunes, 29 de diciembre de 2025

Apagándome

 

Ahora ya no vibra el pulso que enciende las luces del ardor,

y en los ópalos la luz es un candil de amarilla luna, fui la pasión

que hace estallar el cristal donde la voz del silencio se aquieta

como un río helado, fui el árbol solitario de una navidad fiel

en el oasis de la juventud, fui la sombra de un niño que huye

de su sombra para al fin ser faro de su noche, fui la lluvia

que no cae derrotada en los charcos del hastío, pero hoy tan

solo una huella que ya es lejanía brilla en el talud del recuerdo.

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