sábado, 27 de diciembre de 2025

Los ojos de la juventud son ventanas abiertas a la vida

 

Desde el lloro que no articula la palabra que aún es semilla

se descubren los sentidos al mundo.


Y es de júbilo el reír sin la losa que en el horizonte

escribe el legado de lo que deja un fósil

que ya solo late en la memoria.


Y se aprende del mar la universal canción de la vida,

del cielo que el sol cumple un ciclo de luz en la cicatriz

que va dejando la hilatura del ser.


Del roce que despierta los sentidos a la fragilidad del existir

un arpegio multicolor de arco iris en la telaraña

sin las rosas del hastío

cubriendo el jardín que nace a un alba virgen.


Y de pronto escuchas la música que en tu corazón alegre

es un crisol de paz que fluye por las venas de la juventud

como un aullido de lobos en el bosque de tu ansia.


Ves lo invisible cuando la mirada cruza los misterios del porvenir

con el fuego vital que se adentra bajo los círculos del azar.


Y al fin te cubre de luz la aurora que en tu corazón resplandece

como un ascua que no ha conocido aún el hostil mensaje de la edad.

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