viernes, 17 de enero de 2025

Eres de agua

 

Ábrete a la lluvia como flor bautismal,

como cántaro de luna que recoge en el estigma de su aliento

la metamorfosis de abril, la bendición de la clepsidra

entre los abrojos de la fuente, el lirio que derrama

el corazón de la tormenta por las paredes de tu piel en sombra.


Lánzate a la primavera de las cataratas

donde un racimo de lluvia extiende su cabellera líquida

como árbol de agua o río que vence a las colinas del aire.


Vuélvete lágrima en la hondonada de tus páramos,

serenamente busca el manantial bajo las axilas

donde mana tu canción de adolescencia.


En tu boca la sed que hierve de ansia

por recibir el hondo suspiro de la bruma.


Pisa los charcos primigenios que afloran

como espejos de azogue traslúcido,

en su faz la nube cabalga los muros del cristal

como pluma de algodón, espejismo innombrable,

indescriptible fluir de los dibujos grises

bajo el volcán acuoso.


Sus rizos de savia incolora,

su vapor de nieve en corrientes de viento áspero

cubre los paraguas sin cúpula,

las varillas roídas por los hilos de la tempestad.


Baila con la música del canalón

que vierte su insomnio por las alcantarillas de la noche.


Desnúdate como árbol, espiga o flor,

recibe el fruto de la vida que es el agua inmemorial de las estrellas.









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