Sigue un orden como cortina dorada que asoma
a la luz cuando ya la luz ha perdido su imperial
esplendor, y a los calendarios llegan las cigüeñas
con el frío de los amaneceres y a las calles el velo
que anuncia la humedad prematura que cubrirá
de flores de escarcha los jardines, y a mi ocaso
llega el ocaso de un sol desnudo de vida que pierde
su raíz como las hojas pierden el vínculo que las une
a la savia de un árbol longevo, y en el humus de la tierra,
en los arco iris donde hay un río de color, en la desnudez
de los días que ya no son un éxtasis de luz, en la lluvia
que vuelve como un pájaro feliz al nido de su cielo
la dura voz del otoño nos reclama ya señorío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario