miércoles, 6 de enero de 2021

Cita a las diez en el viejo café

 Fue como si antes de tu llegada un halo de ti.

El bar, seno o guirnalda, cofre que se desviste

en hilos de luz, teatro incómodo de barnices,

caoba y lienzos, solo mira a los giros de la puerta,

crisol sin abecedarios donde tu cuerpo reluce

con alas de alcanfor. Al fin la duda, el periscopio

núbil, buscan mi sombra en el escondido rincón

bajo una araña de cristal. Al sentarte invitas al aire,

gato de almíbar, a ronronear en tu mejilla.

En la esgrima de las palabras hay rombos

y geometrías, yo sé que es difícil encajar

lo cóncavo en lo convexo, sé que es imposible

que un adjetivo muera en un nombre, sé

que tus rodillas son de marfil y las mías de cal.

La música dibuja vitolas de humo que cantan.

Al trasluz el velador finge un país de sol

en un eclipse de luna. ¿Quieres azúcar?,

el café se enfría y tú aún no lo has probado.

 

 

 

 

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