martes, 27 de octubre de 2020

Mi gata Bastet



Arcaica Bastet en tu nido. Imperial la curva
del espinazo, el verde hambriento en el iris,
la grieta negra que invalida la luz. Te combas,
te asientas en la concavidad de un sillón desnudo.
Bastet, Isis, flor desvelada de una cariátide.
Mi índice juega con el pelaje de tu vientre,
maúlla el sol en tu garganta, Bastet de ónice.
El silencio se esconde en la mullida alfombra
de tus pies cobrizos, pero el ser felino refulge
en la cola enhiesta, espada de abril. Rózame
con la frialdad del espanto, sedúceme con
la cintura multicolor de una novia virgen.
Me arrojas a la duda del capricho y yo te busco,
sin querer, cuando calzo mis zapatillas y noto
en mí tu venganza, Bastet, de hembra fatal.

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