jueves, 1 de octubre de 2020

El vuelo de Ícaro

Entiende mi álgido grito, cerca de las nubes el sol calla.
La brisa llega triste, el albatros me mira desde su trono de aire
y yo aleteo en el mediodía como un pájaro feliz. ¿Adónde
la espuma y sus rizos en la corona del mar? La libertad
viaja en mis alas y no hay noche amarga en este vuelo infinito.
Sirenas con el oro en sus colas, nadando hacia el tumulto de los delfines,
floresta en las islas, relámpagos de luz en los puertos que voy surcando,
ágil, como un héroe inmortal. Pero era hombre y no era pájaro, 
creí ser un dios, Apolo en su carro, sentid amigos la venganza alegre, 
y yo, nómada sin quererlo caigo y caigo hasta oír el silencio del agua 
en mis arterias.


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