miércoles, 27 de noviembre de 2019

Tus vientos



Aquella caricia del céfiro en la hondonada.
Tú conoces la piel cobriza del vendaval, su trino,
su aullar de sombra. Antes tu rostro vivió en la nieve,
cubierto de ventisca y alud. Oculta en las amuras
del galeón, sufres el fragor de la vida cuando el tifón
arroja sobre ti un sueño de agua. Aire de susurro cómplice
ante un labio en frenesí, brisa lánguida bajo un portal de agosto,
el misterio del ulular que roza los vidrios ajados. Retumba en el cristal
una voz, es la voz del trueno que no calla. En mi memoria
la lluvia del Nordés como un rocío de espigas mojadas
por el crepúsculo. Está tan dentro de ti el respirar de la luna
con sus veletas azules, tan próximo el rizo de la ola, la serpentina
de un tornado que te llevó hasta la quietud donde se mecen los días sin alba.

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