lunes, 16 de enero de 2017

Pasos en la lluvia



Es un cristal,
es un cristal de agua
el peso líquido de tu ausencia.

Seguir la marca de un río,
escuchar la tristeza inmóvil de las alcantarillas,
la techumbre que vierte su luz
en rítmicos estertores de claroscuro.

Llueve como siempre ha llovido,
debajo de los paraguas los cuerpos se inclinan
igual que cisnes ante un dios fértil;
yo solo pienso en tus botas blancas
cuando chapotean la noche
y hay música
y clavicordios,
farolas que sudan el rencor,
brillos en la piel del agua
que fluye como catarata de iris.

Te persigo en los charcos,
moro en ese lago que la luna crea
tras el desdén de las nubes locas,
en la urgencia de los portales,
más allá de la infancia de los veranos indómitos,
en la llave,
en el mar ,
en la longitud de todos los minutos
que te añoran.

Tú,
risa en la boca abierta
contra el alud de una borrasca,
tú, impronunciable anuncio del éxtasis
en la plaza que ahora se enciende
como un árbol de estrellas azules
o un insomnio que naufraga en la lluvia
que va dejando tu paso.




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