El brillo es azul y recorta el sueño.
No muevas el músculo de tu verdad,
finge lo eterno en las islas de tu piel.
Mira el acento de las pupilas-hay nieve
en ellas-, sufre el cansancio de no ser
misterio. Te reconoces en el vestigio
de la juventud, llora la efigie que suda
el transito del alfil y no vuelvas al matiz
de una mentira sin ojos, a tu faz lúgubre,
a tu calavera yerta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario