Pero le cuelgan las arrugas y un cigarrillo
rojo tiembla en su mano. Escupe el humo
y frunce los labios. En el surco
de sus pechos la vida elige la llave o el sol,
su cruz de dromedario.
Hola, Ramón. Me alegro de haber encontrado otro espacio donde seguirte. Este poema no lo conocía y me ha parecido espléndido. Poesía íntima de mucha altura.
Hola, Juan, me alegra verte por este blog que abrí recientemente. Va a ser un lugar sin muchas pretensiones, tan solo para publicar algunos poemas y otras cosillas que me apetezcan. Ese poema mío, aunque breve, me gusta bastante. Un abrazo.
La mirada de Hércules trajo un guiño de tu luz hasta mis párpados lejanos.
Es grato acompañar tu sentimiento, Ramón, mirar por tu ventana interiores de ti, y oír temblar tu mano cuando acaricia la verdad azul... O la imagen inerte de una mujer rota, como una flor amputada, pero hermosa, sí, aunque el humo frunza el rojo de sus labios.
Hay hermosura en la derrota. Eso no lo dudes, Manuel. Gracias por acompañar mis sentimientos y por identificarte de alguna manera con ellos. Unha forte aperta.
Hola, Ramón. Me alegro de haber encontrado otro espacio donde seguirte. Este poema no lo conocía y me ha parecido espléndido. Poesía íntima de mucha altura.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Juan, me alegra verte por este blog que abrí recientemente. Va a ser un lugar sin muchas pretensiones, tan solo para publicar algunos poemas y otras cosillas que me apetezcan. Ese poema mío, aunque breve, me gusta bastante. Un abrazo.
ResponderEliminarMe alegra encontrar tu espacio, siempre se puede leer con más tranquilidad.
ResponderEliminarGracias, Montse, por acercarte acercarte a mi blog. Aquí siempre serás bienvenida. Un abrazo.
ResponderEliminarLa mirada de Hércules trajo un guiño de tu luz hasta mis párpados lejanos.
ResponderEliminarEs grato acompañar tu sentimiento, Ramón, mirar por tu ventana interiores de ti, y oír temblar tu mano cuando acaricia la verdad azul... O la imagen inerte de una mujer rota, como una flor amputada, pero hermosa, sí, aunque el humo frunza el rojo de sus labios.
Unha aperta.
Manuel
Hay hermosura en la derrota. Eso no lo dudes, Manuel. Gracias por acompañar mis sentimientos y por identificarte de alguna manera con ellos. Unha forte aperta.
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