jueves, 4 de abril de 2024

La vela

 


Recogida en su capullo de luz tiembla

como si la lengua de un ángel bailara con el aire

una danza de fuego y color.


Y es el pábilo su armazón, su fina raíz de cuerda inmóvil

donde una plegaria anuncia el paradisíaco acontecer de un fin milagroso.


Lentamente va derramándose la cera

y en su costado una lágrima cae con la densidad de un sueño vivo.


Nace del humilde volcán el ansia de proseguir,

lejos del duro soporte que la contiene.


Y es su luz un faro de amor, una misión de fe

que del amarillo cáliz fluye como si fuera una ola

que brillara en el océano de la oscuridad más profunda.


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