martes, 9 de abril de 2024

Como ángeles de la luz

 


Ven al desliz del agua cuando la lluvia mansa

se posa en los pináculos de la vieja catedral

y en su interior el baile pendular del botafumeiro

agita su tronco con humo de incienso sobre

la armónica serenidad de los cánticos seniles;

de dorado y marfil el ropaje de las santas vírgenes

desde su columna de caoba y tinta, el breviario

y la comunión con la lengua húmeda y el alma

de la hostia cayendo en el pozo abisal del cuerpo,

para darle espíritu y perdón, para sanar la culpa

y crecer en el amor, para que vuelvas a la inocencia

del niño y entre tus palabras sobreviva el nombre

de dios; y toca el órgano fugas y ángelus de místico

edén mientras los acólitos y los frailes, las beatas

y los jóvenes que no han perdido su fe, rezan

ensimismados, responden como ecos a la loa

y la dulce letanía que se extiende por la mudez

de las naves, por el rosetón que matiza la luz,

por el óvalo del ábside, por los angélicos retablos

de madera policromada, por el refectorio y la sacristía

donde la casulla recibe un beso de oración y éxtasis,

por el vino sagrado y las palomas en la ventana

ojival, y por mí y por ti y por nosotros, que también

quisiéramos morir y renacer como ángeles de la luz


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