sábado, 6 de mayo de 2023

Mañana de agosto

 

Esta claridad con labios que besó a la noche,

este sonido feliz que silba viejas canciones,

el arrullo del mar sin las rizadas olas que el puerto mata.

 

El color que duerme y se expande como tinta en los vidrios,

la sal, blancura de sal en la piel recién bañada de la mujer morena.

 

La playa es un arco amarillo, ataúd de algas, lágrima infinita

de un sol ardiente, la playa de mi niñez que divide el espigón,

arena amorosa que trae rumores de infancia.

 

El viento irrumpe como el golpe de un látigo,

el esternón contraído ante la febril estatura del aire.

 

Yo recuerdo así aquella mañana de agosto

cuando la ciudad empezó a dejar de ser mía.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario