viernes, 26 de mayo de 2023

El agua y tu cuerpo

 

Desde el acuífero somnoliento, en el núcleo más núcleo
del manantial como un hilo que brota a la luz, dormida
en el mar dulce del pantano, caída como lluvia de amor
sobre la tierra, no hay esdrújulas en tu nombre pues eres
un monosílabo, su sí implícito, igual que la piel húmeda,
lo mismo que un arcángel que no nos negará la atmósfera
de ser tiempo y vida. Recibe sobre ti la lengua líquida que borra
la huella que te mancha, porque purifica el dolor con lágrimas
de paz; sorbe la necesidad en un vaso sin fondo, un vaso infinito
donde naden las moléculas del futuro, regalándote un sol de agua
que sacie tu boca infantil. Yo temo a la tormenta porque derrama
su locura en los atardeceres; y nos mojamos, y sentimos que la vida
fluye hasta ese lugar sin retorno que un día conoceremos, el más allá.

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