domingo, 6 de diciembre de 2015

La casa en mí

Hay una casa que vive en mí.

Abro sus puertas en los ventrículos de mi corazón,
surge la luz de una historia con pasos alegres
y es el tiempo una sangre insólita
que fluye desde si hasta si
como un río sin límites.

Dentro, las voces repican su adiós,
mientras las celosías niegan el futuro
con una flor en el dintel.

Allí estáis
igual que sombras que recorren sin parar
mis músculos y mis sentidos.

Sois el clamor de cada alvéolo,
la latitud insondable de los abismos,
el pálpito urgente de cualquier pensamiento.

Hay una casa que soy yo
con mis ventanas de mar y mis pasillos azules,
con la penumbra de las habitaciones descreídas,
con la voz en los caireles
que lloran su luz blanca
sobre recuerdos sin edad.

Hay una casa en mí
que no se describe en metros cuadrados,
su medida es el rondo de una peonza incansable,
su longitud la cicatriz de un horizonte
que para siempre me habita.












2 comentarios:

  1. Entrañable casa, Ramón. Enhorabuena.
    Salud.

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  2. Muchas gracias, Julio, por acercarte a mi blog y comentar el poema. Un abrazo.

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