Un pájaro sueña que no es un pájaro.
Algo en mi me recuerda al laberinto
de las hojas grises, al sol que pasa
y se vierte en la raíz del no quiero.
Un edificio sin ventanas, una cruz
que sufre por el canto del horizonte.
Que sea el pájaro mi verdad, que se
clave en mi su lejanía, que nadie
interrumpa el vuelo de su estación,
el soliloquio que enciende el existir
de los cometas.
Con esas alas todo es posible, Besos.
ResponderEliminarSoñar lo que uno no es y no saber que puede volar.
ResponderEliminarBesos
Gracias, Amapola, por acercarte a mi blog y comentar el poema. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Sandra, por el bonito comentario. Un abrazo.
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