sábado, 7 de noviembre de 2015

El lamento de la criatura



En cada parte de mi hay un pedazo de alma.
Yo nací de la muerte como la carne de la vida.
La luz me hirió con su beso amante y yo no
supe descubrir el don del amor. Todos odian
su reflejo, todos temen al hombre que no habla,
todos son yo en la sima de su conciencia. Buscando
la luz me acerqué a la llama, su lamido de fiebre
quebró mi piel, encendió el dolor que ampara al
desvalido. Dicen que no soy la criatura de un dios,
la obra de la piedad, que no ven en mi nada humano,
que solo sé ahogar el grito del monstruo. Después
del desafío llega la ruindad. Búscame, padre, en el
corazón del bosque, en ese lugar donde no puedas
saciar tu odio, en la profunda oscuridad del sueño.

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