sábado, 19 de marzo de 2011

El fin de la era Gutenberg

Fragmento de "Dublinescas" de Enrique Vila-Matas

Dos dias después, dice Beckett adiós a Dublín de una vez por todas y se dirige a París, que no tardará en converirse en el destino de su vida. Allí vive un día una escena que él llamaría ya para siempre revelación y que una vez resumió así: "Molloy y los demás vinieron a mi el día que tomé conciencia de mis estupidez. Solo entonces empecé a escribir lo que sentía". Cuando su biografo Knowlson le pidió que fuera menos críptico sobre el asunto, Beckett no tuvo inconveniente en explicarlo mejor:

"Me di cuenta de que Joyce habia ido todo lo lejos posible en la dirección de conocer más, de controlar el material propio. Siempre estaba añadiendo;basta ver sus pruebas de imprenta. Yo compendí que mi camino estaba en la pobreza, en la falta de conocimiento y en la sustracción, en restar mas que añadir."

Con aquella revelación de Beckett, la historia de la era Gutenberg y de la literatura en general habia empezado a parecerse a un organismo vivo que, habiendo llegado a la cumbre de su vitalidad con Joyce, conocía ahora con el heredero directo y esencial, Beckett, la irrupción de un sentido mas extremado que nunca del juego, pero también el comienzo del duro descenso en la forma física, el envejecimiento, la bajada hacia el muelle opuesto al del esplendor de Joyce, la caida libre en direción al puerto de las aguas turbias de la miseria, allí donde en los últimos tiempos, y desde hace ya muchos años, pasea una vieja prostituta con una ajada gabardina irrisoria en la punta de un muelle barrido por la tempestad y el viento.

4 comentarios:

  1. Tengo este libro de Vila Matas en mi agenda de lecturas desde que salió no hace demasiado tiempo publicado. El extracto que aquí pones me anima todavía más a leerlo.

    Estupenda entrada para tu blog.

    Un abrazo.

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  2. Como aficionado al teatro en general y al teatro del absurdo en particular, celebro esta entrada sobre la figura del dramaturgo Samuel Beckett. Siempre nos acompañarán la angustia, la soledad y la búsqueda de Esperando a Godot y Final de partida, dos de sus obras más emblemáticas.

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  3. Hola, Juan. Te recomiendo ese libro. Es literatura dentro de la literatura y de la buena. Gracias por pasarte y un abrazo.

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  4. Hola, Julio, no te creas que soy muy beckettiano. Es un autor cuya lectura siempre me ha creado un enorme desasosiego. No obstante creo que es uno de los grandes escritores europeos, como por supuesto lo es su compatriota James Joyce(estos dos autores están muy presentes en la novela de Vila-Matas). Gracias por tu comentario. Un abrazo.

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