domingo, 10 de agosto de 2025

El ojo de la cerradura

 

Hay color, figuras, voces y ecos.


Entre la niebla soy el silencio y la metamorfosis,

la sucesión circular del tiempo y de la nada.


Yo espío a mi pájaro que voló sin mí hacia el delta de la luz.


Me acompañan las sombras sin presente

que huyeron por las fisuras del olvido.


Algún grito y la alegría pasajera de los boliches nocturnos,

el desencuentro inevitable de las vidas

que extienden sus ramas en direcciones opuestas

como buscando cada una su sol y su noche,

su primavera y su hostil invierno.


Y allí, también, igual que faros que iluminaran

la habitación de pronto encendida

lo que fui con los pasos de la infancia,

los secretos de la juventud, la falsa madurez

tras la puerta que permanecerá siempre cerrada

aunque desde su ojo sin llave

yo contemple emocionado los recuerdos

que pasan ante mí 

como en un carrusel vivo

o a través del vértice de una noria que no cesa de girar.

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