lunes, 5 de agosto de 2024

Nadar

 


La música y el ritmo de la ola, coreografía de espuma

que bate en los cuerpos como dientes que se diluyen

hasta llegar a la frontera del sílice y el cuarzo, frío

en los músculos que agitan el velamen de los brazos,

extremidades que flotan y golpean la verde superficie,

avanza el cuerpo con el olor a sal y yodo, con la sed

presente en los labios, con el corazón que retumba

en su nido de alegría, con el pecho como proa de navío,

con la efervescencia de la ola en los ojos cerrados.



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