sábado, 31 de agosto de 2024

El silencio

 

Las palabras se oscurecen y el aire sigue frío

aún después de que el invierno como pájaro que vuela

hacia el confín del norte ya no esté aquí bordando las paredes

de escarcha, los huesos y la carne ateridos igual que un árbol

en el corazón de la intemperie, lo mismo que la helada sombra

que aún cubre de inclemencia el papel de las habitaciones;

y este silencio que cuelga como un carámbano de mis labios

a los que no basta para abrirse el sol que enciende la mañana.



viernes, 30 de agosto de 2024

La pobreza

 

Eran trece las curvas antes de llegar al arrabal.

Un escombro, un farol sin luz, la ventana rota
donde dejaste el clavel que me llamaba.

En la habitación yacías entre sombras,
y eras tú la noche más triste y era yo la luz
que no cesa de iluminar tu frío.

jueves, 29 de agosto de 2024

Mis cosas

Y tú, encendida amura del barco donde vivo, linterna que ilumina

el bosque del hogar, largo pasillo en el que crece el abismo de la infancia,

espejos que adornan la imagen olvidada, el rostro que palpita en el azogue,

la magia de los perfiles sin buril, lisura del metal, fiebre de la plata

en la plácida quietud que niega las horas, suelos ajedrezados con laberintos

color ceniza, la pared donde la lágrima rodó, culmen del llanto por la ausencia

de niñez, alas batiendo en los alfeizares, alas de paloma anclada como navío

en la memoria de las ventanas, crucifijos que cuelgan del miedo, un balón

silencioso en la repisa entre juguetes que juegan con los horarios

a ser diamantes que sostienen unas manos ya encallecidas, molduras

y arabescos, zócalos ennegrecidos junto a zapatos de cuero marrón,

puertas con nombres en el dintel, con polvo en las manillas, sin horma

para la llave de oro que abría el celestial nido donde mi voz era príncipe,

donde las agujas de un reloj clavaban sus saetas en la mirada del espejo,

susurros de candidez, sábanas con dibujos de superhéroes, póster de ídolos

marchitándose en los cajones de un cómoda sin labrar, y los pasos y el eco,

las risas y el timbre de un teléfono a media tarde, la música y el ventanal,

abajo tiembla el mundo, las jóvenes besan el alma de la juventud, y más lejos

el mar, la ola, la orilla y el faro, y mis ansias que fluyen como ese haz que circula

por las avenidas de un tiempo que se resiste a ser, únicamente, olvido.

miércoles, 28 de agosto de 2024

El tren interior

¿Cuándo cesará de surcar el raíl de mi anatomía el tren de la noche?

En el vidrio de un vagón descubro rostros que permanecen

intactos como huellas que habitan el confín de la memoria,

viaja su metálica cola por mis concavidades como un látigo

atroz que golpea la sinrazón de los recuerdos, en su fluir

no hay término, ni hay parada en mí, solo el lánguido circular

de sus torpes ejes por la senda envejecida de mis arterias,

irrumpe su testuz en el color de la sangre, en el oxígeno vital, 

en la estación del pensamiento como una serpiente 

hostil que no halla guarida ni encuentra su último destino.

martes, 27 de agosto de 2024

Claroscuro

Tiene la luz un aire de derrota al atardecer como de niña

triste que sabe que por el patio del día volarán las sombras

con su fluir de marea en las habitaciones donde la claridad

aún palpita, como nube el crepúsculo que, lentamente, arroja

su vaho oscuro sobre la juventud del sol, de pronto envejecido,

viajero que esparce su siembra de luz y después prosigue la aventura

de otorgar vida allá donde las sombras con fugaz armonía ceden

su espacio, ventanas del tiempo que se rozan como antiguos amantes

para que el claroscuro sea un hijo efímero del alba y la noche.




lunes, 26 de agosto de 2024

Amor de agua

 

Salgo a la lluvia para recibir el don de la vida;

y es mi desnudez un pensamiento libre de alas blancas

y son mis ojos fuente y manantial, receptáculo de luz,

mis labios dádiva que se abre al fluido celeste

porque mi sed es de árcangel y a mis palabras

las moja el silencio que deja la luna en los portales;

mi corazón aljibe de tu lluvia, río de tu nube,

lágrima de tu dolor, refugio de tu nieve

en el cáliz de mi bóveda es un espejo

en el que se mira la húmeda cicatriz

de tu rostro dibujado sobre la piel del agua.



domingo, 25 de agosto de 2024

Luna de invierno


Arpegio de luna en el sonido de unos zapatos negros,
lánguida sed del caminante entre vías rumorosas de árboles secos,
paz y razón en el pensamiento que viaja hacia el azul de un mar sin orillas,
falsedad en la no existencia de tu sombra a mi lado, ni en la voz traslúcida
que en tus labios sorprendía al aire con sílabas de infantil calidez
y arrobo de vocales viejas, el frío y la lluvia de los nombres,
lo que fue corteza ciudadana, piel amiga de mis atardeceres,
cruz de la intemperie en largos paseos de desventura,
madrigal cautivo de mi ansia cuando la hora del desamor
es un alba púrpura entre calles sin el arrullo ni la compañía
de tu cáliz donde el vino es tu sangre coagulada por la intemperie,
hielo en el silencio de las farolas que de pronto pierden el ámbar de su luz,
y la memoria que finge ser teatro moribundo con el rocío en los portales,
con las ventanas abiertas al vendaval, con la ceniza en los bolsillos
de mi pantalón raído, con los ósculos del azar esperándome como
un témpano que lentamente se deshace bajo mi piel cuarteada por la luna.

sábado, 24 de agosto de 2024

Amiga tristeza

 

Sin pedirlo, sin buscar abrigo, pones sobre mí
tu manto de espinas. En el aire como nitrógeno
te extiendes, en el sol, en la luz, en la penumbra,
en el eco de la noche escucho tus latidos de reloj perenne.
Al hablar no ignoro tu suave pátina que viste de acentos
cansados mi voz hospitalaria. En la memoria eres un vivo
manantial que no haya fin como no haya fin la herida muda
de las ausencias. Tu forma es múltiple, tu color es gris, tu paz
muerde en el corazón con incisivos de añoranza. Cubres
con un velo mis ojos y posas hilos de agua en mis pestañas
como fina lluvia sobre el jardín sombrío de tu eterna mueca.

viernes, 23 de agosto de 2024

La llamada nocturna

Como un despertador que no anuncia la vida real
sino esa otra vida que transita fugaz por el seno de un móvil
escucho el timbre de un aviso, asoma un emoticón en la pantalla
y junto a él tu qué tal como un rayo que cruza la noche.

Tal vez no responda a quien creo que responderé(es decir, a ti),
tal vez en las letras mutiladas por la costumbre implícita
de la suposición o por los nuevos códigos no reconozca la huella
de un diálogo donde los ojos se miran y la palabra ejerce una soberanía
frondosa como de árbol que va creciendo bajo el murmullo de una conversación.

Tal vez no te daré respuesta hasta que ya de madrugada llegues a mi lado.

jueves, 22 de agosto de 2024

La insaciable nostalgia

No quiero sentir más este dolor sin vida.


Echaron raíz en los minutos del presente los ecos marchitos

como alguaciles de un ayer que encarcela las horas que pasan

al reproducir en el revés de los párpados la primavera de la juventud

con flores nunca mustias, con la misma faz, el mismo arrobo,

la misma alegría de las cosas fugaces que ignoran la esencia

de un rayo de luz que es el volcarse sin regreso

sobre los días que dicen adiós a su nombre.


Y aún asi dejo que mis párpados se plieguen

para revivir una y otra vez lo ido, como lluvia que no cesa de caer

sobre un lienzo que al cerrar mis ojos arroja su luz

por las calles mojadas de una ciudad

que ya solo existe en mi memoria.

miércoles, 21 de agosto de 2024

Las leves formas de tu presencia

Habitar los escondidos ejes de las sombras,
allí donde el susurro es de metal como una brillante filigrana
que ilumina los ecos tenues de una historia oscura.

Ser incógnita en el núcleo de la verdad más común, otro hemisferio
en un satélite improbable, la luz que retrasa el brotar de la noche
con su lento paso de lince, el revés de los minutos que dejan
un filtro fantasmal cuando nadie siente su discurrir de mariposa
entre el pálido silencio que fluye como agua de un río mudo
por las arterias de mi carne.

Así tú que eras el oro dulce de los pensamientos
cuando sin ser materia, ni voz, ni altura en el dintel de mi casa,
solo una presencia de hilos azules en mis ojos, vertías el candor
de tu vestido en las aceras por donde los ágiles pasos de tus botas
formaban huellas de polvo gris a las que el viento ponía una firma inútil.

Sin vocales que hiriesen la sed de unos labios donde se dibujó
solamente el color de la ceniza, sin tu perfil, ni tu aroma,
ni tu geometría de joven cérvido que huye del portal
donde acecha mi anhelo.

Fugaz como el pájaro que persigue un amanecer
entre los posos de la noche que a menudo habitan tu casa en penumbra,
tu habitación sin luz, el cristal sin sol que no deja ver si eres solo ausencia,
o acaso una tímida quietud que se adivina entre las sombras.

martes, 20 de agosto de 2024

Cosas de niños

Aquel perro cojo apedreado hasta morir,

un círculo de fuego alrededor del alacrán,

el gato negro y su cicatriz en la concavidad de un ojo vacío,

el pájaro agonizante víctima de una piedra ensangrentada.



Son niños que en una tarde aburrida

se divierten viendo sufrir a un animal.



Cuando sean adultos recordarán al perro cojo que un día apalearon,

al alacrán que no pudo escapar del círculo de fuego,

el ojo azul del gato tirado en la cuneta como un desperdicio,

la inocencia del pájaro que dejó de volar para siempre.



Y aún hoy, con tristeza, se preguntaràn por qué lo hicieron.

lunes, 19 de agosto de 2024

Tu belleza

Hay en la naturalidad de las rosas un susurro leve de amor a la vida.


Dejas en el espacio del que te apartas el viento de una espuma

con miríadas de flores que bailan en la paz del aire.


Jamás el artificio será tu bandera ni la cromática canción de los jueves

cuando la juventud busca el bautismo de los sexos

encontrará en ti el flujo de tu voz entre el coro de las voces fugitivas.


Y es que en la lejanía te nimba un ángel de alas cortas,

bajo su luz la primavera florece allí

en el lugar hospitalario

que bendice tu casa.


A menudo hay en tus manos jardines prohibidos

que dejan caer pétalos blancos por los rincones de la noche,.


Pétalos que brillan como luciérnagas de abril

en los cristales rotos de mi calle.


Igual que un río pasas junto a mí y te alejas mansamente

como un haz de luna que se borra, con lentitud, cuando llega el día.





domingo, 18 de agosto de 2024

La planta


Crece en el silencio y su flor es roja,

acompaña al aire, a la luz y al tiempo,

raíz que absorbe el agua y genera vida,

oxígeno puro en mi habitación vacía,

sus hojas verdes son lágrimas de paz,

el tallo una espada que busca el tesoro

de la luz, sobre el tiesto de barro, desde

el poso oscuro de la tierra se alza feliz

hacia el sol de la tarde que la alumbra.





sábado, 17 de agosto de 2024

Chica de ayer

A través del humo que vela la estancia tu perfil se borra,

sé que en tu voz mi nombre no encuentra lecho,

sé que las palabras que dices no hallarán replica

en mi voz muda, sé que solo nos unen la marca

de un cigarro, un gin-tonic medio vacío y la lluvia

que nos mojará al salir a la luz de una calle llamada olvido.



viernes, 16 de agosto de 2024

Tu voz de lluvia

En tu voz la lluvia es blanca como un resplandor de nieve,

mi tez de niño triste, la piedra que cubre el silencio de paz

y es la metamorfosis de un anhelo, el río que pobló de pulidos

ángeles la memoria de los hombres, tus tres diademas de santidad,

la rubia ceniza que vas dejando en los árboles, el corazón alegre

de los nidos que alfombran las ramas, la cinematografía y el papel

que guarda la santidad de los poemas, sus imágenes hospitalarias

en la cruz de mis ojos, como en los tuyos que son de coral

pues se parecen al mar de los días, sin temor, sin el ácido

de la senilidad en la lisura de la piel, sin los ecos que reverberan

bajo mis párpados que ya no se abrirán a la bendición 

de la inmemorial lluvia que cae sobre mí desde tu mojada voz.



jueves, 15 de agosto de 2024

El pozo

 

Ese ojo oscuro donde la tiniebla es agua mansa;

no te asomes al brocal ni sigas al pájaro

que bebe de las entrañas negras,

el cubo de zinc vacío,

el óxido de la armadura de hierro,

el cordel deshilachado,

la luz derrotada

y el hondo suspiro que llega

con el eco de la moneda caída

sobre la pátina que forma círculos concéntricos

en un mar dulce, silencioso y tímido

como un jardín robado a la infancia.





miércoles, 14 de agosto de 2024

Lo que soy

Soy viento si el viento recorre las aceras de mi calle,

naranjo entre naranjos para que nadie elija

únicamente mi flor blanca, trigo en el trigal,

nube dentro de las nubes de un cielo gris,

parte de la multitud que espera el último

tren de la noche debajo de una marquesina rota,

soy la voz que no destaca entre un coro de voces iguales,

el cuerpo que se confunde con miles de cuerpos

en las filas de un estadio a reventar, soy el camaleón

que podría vestirse con todos los colores del mundo.

martes, 13 de agosto de 2024

El tren de la melancolía

El tren de la melancolía es un tren sin presente.

Palomas de juventud en plazas maquilladas por la luz de los años,
las ciudades sin el misterio de un tesoro que refulge en los ojos de la niñez,
el deseo en las ventanas como párpados insomnes que observan los arco iris de la vida,
la ilusión de ser libre como el agua de un río que abandona su destino
y se derrama a la busca de un nuevo mar en el confín del crepúsculo.

El tren de la melancolía lleva siempre a los mismos pasajeros.

Allí estáis tú y los rostros tenaces que son cicatrices en la piel de la memoria,
palabras repetidas como un salmo entre oraciones caducas que calman la sed
de unos labios heridos por las flechas del tiempo, el festival de las noches
sin pudor entre vasos de alcohol y música de jazz, los pájaros de mi aurora
aún sueñan con mañanas azules de resplandeciente luz.

El tren de la melancolía circula por las estaciones de mi cuerpo una y otra vez.

Sin remedio.

lunes, 12 de agosto de 2024

Día de verano con los viejos amigos

Llegaron con todo el tiempo del mundo en las manos,
las ropas claras, la piel al aire como bandera de paz,
territorio que el sol conquista.

Las palabras traen recuerdos igual que palomas jóvenes
sin conciencia de surcar los mares de la edad.

Hay flores pálidas en los parterres: el hibisco junto al rosal,
la orquídea y la prímula, el clavel y la hortensia de pétalos azules.

Y pesan los años con sus guedejas albas,
en la voz la canción de los pájaros,
casi muda, como el susurro de un ángel,
casi adormecida, como el caudal de una sangre vieja.

Y la espada de la luz sobre nuestros ojos que añoran la infancia.

domingo, 11 de agosto de 2024

El faro

Por tu latido de luz insomne se guía la luna

bajo el tenebroso silencio del mar, veleros

que ven el ojo de un dios amarillo proyectarse

en círculos como un haz que traspasa la piel

de la tiniebla, un alfil que en la testuz luce

corona de misterio, vigía que ha visto el crepitar

de las olas cuando las noches salvajes eran un negro

leviatán, la zozobra del galeón entre el fragor de la espuma

y el aire que levanta muros con crestas blancas, elevándose

como un potro enloquecido sobre la raíz líquida

de un océano que levanta su voz de animal moribundo

entre olas que no vuelven al seno de la quietud;

tú que no satisfaces el ambicioso botín de los acantilados,

tú que nos alejas de la columna rocosa del manto submarino,

tú que nos adviertes, sin fin, de  la atracción suicida del litoral, 

sé un dedo de luz que nos lleve hasta el puerto antiguo al que arriban

los navíos que regresan del confín ignoto al refugio de la dársena,

allí donde el espigón calma los arrebatos de este mar omnívoro.


sábado, 10 de agosto de 2024

Piedra


 

En ti dura el tiempo lo que dura la eternidad,

permites que te labre el artesano con sus manos

ajadas que miman los perfiles de tu forma,

el alma escondida de la tierra en tu interior

permanece aún después de la mutilación

que el cincel va labrando sobre la superficie

salvaje de tu cuerpo, pero también eres desnuda

verdad en los páramos de la nada, en los desfiladeros

y en las laderas como roca altiva que el aire pule

con su cuchillo voraz devastando en mil contornos

la primigenia forma que un día surgió de lo más profundo,

manantial pétreo sobre la piel virgen de la tierra,

corazón del cuarzo y la mica, del granito y el mármol,

secular materia, simiente inmóvil que toco con mis dedos

para así sentir su dureza en la blanda carne que soy.

viernes, 9 de agosto de 2024

La tormenta

El cielo baja un párpado negro sobre la luz del día, abrígate

porque la lluvia arrojará de pronto su almacén de insostenible

caudal, sus lágrimas de mar dulce entre nubes arracimadas

como carbón celeste, observa el hilo de azul que tronza el árbol,

escucha la memoria del trueno que repite su inacabada frase

de rotundo tambor en la lejanía del horizonte, asómbrate

con el delta del rayo extendido como ramas vírgenes en un lienzo

gris que simula ceniza con su urdimbre de cúmulos en procesión

y su blanda forma de abrigo líquido, pero no temas a la tormenta

ni al relámpago, al furor del agua ni a la voz resonante del trueno,

son, tan solo, proclamación de que la vida sigue viva.



jueves, 8 de agosto de 2024

Hay mil imágenes

Hay mil imágenes de ti que no se ven en las fotografías,

un dibujo de tu perfil en la humedad del cristal, 

tu rostro fugitivo en un espejo,

las letras que forman el único nombre que te nombra,

una mano lejana que saluda a otra mano

desde las dos orillas de la misma calle.



¿Por qué has puesto tus raíces en la sed del recuerdo?



Las hojas del otoño vuelven a ser agitadas por un aire frío,

el mar es igualmente azul como un poso de eternidad en el revés de los párpados,

las películas tienen tu voz y tu cara si me siento en las butacas vacías

de un cine que abrió sus puertas al olvido.



En el tren nocturno aún viaja tu aroma de miel dulce

en un trayecto interminable por las arterias siempre vivas de la memoria.



Y aunque ya no eres lo que fuiste: sur de mi norte, pájaro de mi cielo o árbol de mi jardín,

hay guedejas de niebla que se posan en las mil imágenes que guardo de ti

y que nadie logrará ver en ninguna de tus fotografías.





miércoles, 7 de agosto de 2024

Plegaria

 

Álzate a la luz,
que no sea misterio tu voz,
descubre la armonía bajo la piel de la palabra.

Tú que desdeñas mi nombre y mis apellidos,
mi pasión y mis anhelos
no finjas resplandor cuando eres penumbra.

No me ciegues con tu sol ambiguo
si son de escarcha las letras que te visten,
desnúdate de ritmos,
del engaño que asombra como fuego de artificio,
de la vanidad que quiere ser
-como en el célebre título-
tu canción desesperada.

Sé, tan solo,
mi pequeña luz,
mi reducto de paz,
mi única flor de abril.

Eso es lo que espero de ti, poema.

martes, 6 de agosto de 2024

El claro del bosque

Aquí estoy entre espinos y broza,

inmóvil como raíz,

pero los brazos rompen telarañas

y entra la luz de la memoria,

y reviven los sueños mientras los ojos se cierran

y en el revés de los párpados retornan las colinas y el mar,

la casa y sus paredes, la mirada azul de la hermana.




Apenas un claro en el bosque y ese espacio de luz

que ambiciona dejar de ser nube negra,

las palabras se repiten en un eco de campanas,

el corazón vuelve a su reflejo en el cristal,

el lugar de los juegos ya no es urna de latidos alegres

aunque los trinos de la infancia nos hayan transformado en pájaros

sedientos de alegría y fulgor, ríos y puentes como palomas vivas

en las oscuras ciudades del norte.




Lirios blancos engarzados coronan sus cabellos color miel,

la lluvia forma hilos de plata en las ventanas,

mi voz antigua reverbera sin que las pérgolas añoren

las rosas y las glicinas, la buganvilla bajo el balcón

que el sol de la tarde tintaba con el púrpura del crepúsculo,

la efímera cicatriz del tiempo.




Me arrullan paredes invisibles, es ahora este claro de luz

quien viene a mí y me abraza como amigo

y me habla como padre, receptor del coral

que los recuerdos dejan bajo las olas de este mar

que soy yo algunas veces.

lunes, 5 de agosto de 2024

Nadar

 


La música y el ritmo de la ola, coreografía de espuma

que bate en los cuerpos como dientes que se diluyen

hasta llegar a la frontera del sílice y el cuarzo, frío

en los músculos que agitan el velamen de los brazos,

extremidades que flotan y golpean la verde superficie,

avanza el cuerpo con el olor a sal y yodo, con la sed

presente en los labios, con el corazón que retumba

en su nido de alegría, con el pecho como proa de navío,

con la efervescencia de la ola en los ojos cerrados.



domingo, 4 de agosto de 2024

Destino de lágrima

En transparencia de fuente recién nacida nadan los sentimientos

como manantial que fluye indómito por la faz contraída, derramándose

en hilatura que moja la piel encendida y no es solo llanto, es también

estallido feliz en las sienes, en los ojos, en los labios que ríen, en la brillantez

de los pómulos, húmeda pátina de solsticio que se transformará dócil,

igual que el río en lago, igual que el lago en rosa seca, igual que la rosa

seca en rostro de paz, hasta que se abra de nuevo la herida o trine

el pájaro de la felicidad y del interior manen lágrimas traslúcidas

que a fuerza de crecer formen un cauce que, partiendo del corazón,

acabe por sucumbir a la mesura indolente de la templanza.

sábado, 3 de agosto de 2024

El pasillo

En el suelo yacen las pisadas que aún viven bajo la luz

de la nostalgia, y es su dibujo un laberinto de signos ocres

donde se pierde el rumor de las risas antiguas, el lento deslizar

de un balón como si fuera un esquife por el canal que forman

los altos muros de aquel pasillo gris vuelve a mis manos, igual

que ayer, entre goles sin número y gritos de un júbilo amordazado

por las reglas tácitas del silencio, suena el teléfono- ave oscura

sobre la cómoda de caoba- y una voz familiar se derrama,

sutilmente, como un aire que retorna después de diez años

a su guarida con el ansia del recuerdo poblando sus vocales,

aquellas que repiten como sonido de campanas la letanía

de una mímica que nunca se perdió en la eternidad de los relojes.

viernes, 2 de agosto de 2024

Abrí mi boca

Abrí mi boca hacia el perfil de la nube que volaba indolente

como un suspiro de amor bajo la égida del cielo, antes de la paz

que en el corazón del manantial inventa noches de música clara

llegó la mordedura de los días al sol con el grito de la sed en los jardines

de flores ardientes, con el árido clamor de los paladares bajo el confín de la luna,

con las grietas hundidas en el seno de los labios como espadas de luz,

con el frío manar de los cactus en la piel del niño que crece; abrí

mi boca a la humedad, sentí el suave fluir del manantial cayendo

en mi interior mientras cerraba los ojos a la sed de la noche.



jueves, 1 de agosto de 2024

La tentación del abismo

No te acerques al filo donde el aire es príncipe

y un hueco de eternidad asoma con las fauces

abiertas al hambre voraz de los abismos, no mires

al águila, ni al saliente petrificado donde rinde sus alas,

no escuches el silbido del viento que colma la niebla

de cantos sin voz, hay pájaros en bandada que buscan

islas de coral entre un mar de nimbos níveos como algodón

de santidad en dibujo de esferas alrededor del vacío que te nombra,

resiste al imán del río que allí abajo no es más que una arteria azul

por donde tu alma no fluye, nunca serás ángel pero tampoco

elijas ser gota de lluvia que muere solitaria al golpear la tierra

con su llanto, enfréntate a la sed del abismo negándole el agua de tu vida.