domingo, 21 de enero de 2024

El infinito instante

 

Me adentré en los espejos de la senectud

donde las metáforas son jardines de piedra.

 

Doblado en mi carne vieja como un árbol que el aire azota,

presente tú en mi orilla de río que despliega su razón de agua

como un hilo húmedo por los surcos del azar, por la lama y la roída

piel del canto rodado, por el caudal incesante de tu nombre.

 

Sin temor la armonía de la quietud cuando el silencio amanece

y se cubre de oro el infinito instante en que la proximidad

es urdimbre de una tela que la vida rasgará sin preguntarnos.

 

 

 


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