viernes, 19 de enero de 2024

A ti

 

A ti te debo mis horas blancas cuando abril amanecía en mi voz

y tú, tañedora de la luz, me entregabas el silencio más fértil,

tu piel de orquídea, el racimo de un seno oculto entre mis manos.

 

A ti mi tapiz de estrellas en el verdor de un iris,

a ti el púrpura de la aurora a media tarde,

a ti la tempestad de una lágrima que lloraba tu ausencia,

a ti el músculo de la vida que me dio fuerza

para alzarme con las alas de un ángel.

 

A ti te debo la flor de la ternura con sus pétalos que acarician mis heridas,

a ti el fruto de una simbiosis feliz con tus ojos en los míos

como una veta de luz en los párpados de la noche.


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