jueves, 18 de noviembre de 2021

Querida soledad

 Ángel silente que ama mi hombro, aire
que aleja el susurro de la fraternidad,
árbol sin hojas que busca mi compañía
de flor núbil, reloj que muere con su círculo
intacto, aleteo omnívoro de pájaros invisibles
bajo mi axila, ausencia de voz en los ventanales
que miran al patio, donde los niños, cantan.
Compañera tenaz, inútil como un badajo roto,
quejido que crece en mi boca y no sale a la luz,
fúnebre negación de la alegría, amiga fiel,
perra de mis noches, lámeme otra vez, y calla.

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