domingo, 2 de abril de 2017

Cuando la claridad entra



A veces me pregunto por los caminos de la luz.
Por qué de pronto me rodea, se detiene ante mis pies
o me posee como una bestia en calma. Por qué
se acuesta igual que un pájaro dormido sobre los muebles callados.
Por qué su voz es silencio y su tacto una seda invisible.
Cuando pienso en la luz vienen a mí la felicidad de los niños,
tu piel engalanada, el calor de la vida, los paisajes
que no mueren, los ríos que nacen en la sombra,
el puente que cruzamos para no volver a ser nosotros.
Yo no sé si la luz escribe destinos, no sé cuando llega
o cuando busca otro cuerpo que no es el mío, ni sé adónde
va esa fiebre de amor que agita entre las nubes sus flores de alba.

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