sábado, 3 de diciembre de 2016

Astenia

Tantas veces llegó la claridad que ya es oscura.
Tiempo que se dobla en pliegues sucios como
un traje que ha perdido el color o una voz que
se refugia en el silencio de unos labios que articulan
aire. Otra luz tiene el mar, otros relámpagos visitan
la noche, su brillo es el brillo del crepúsculo enraizado
en mi piel ajada con su palidez de ceniza y su tatuaje
de muerte. Las imágenes son un sueño que me palpa,
me escupe, me da vida, me desnuda. Ya solo la espera
reconoce la canción suave de mi ayer, el giro breve
de las golondrinas anuncia el invierno, otro invierno
en las nubes que tapan el sol sobre un horizonte ya ido.

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