sábado, 11 de enero de 2014

Reivindicación del presente

Créeme que nunca te pensé...

Una vez las alas del dulzor cayeron en mi luz.

Entonces mi prisión fue tu memoria,
tu acento en los pasos de la vida: las rúas ciegas,
los cines sin espejos, las fachadas de antiguos símbolos
o las orillas del mar en prontitud.

Hoy quiero hablarte sin que las palabras sean señuelo
porque en la doctrina de las miradas tu esgrima ejerce
un influjo de sombras de hojalata
o murciélagos que conocen la ruta
que yo ansío.

Te presentí en los lugares del jazz, como si tu piel
lograra adormecer la silabas de un saxo
en la madrugadas de añil.

Perdona si mi lápiz perdido
eligió esa atmósfera de los iris
y su racimo de sal.

Quisiera encontrarte en las páginas de un hogar desnudo,
quisiera una penumbra cerca de ti
como un duende fósil.

Que no rastree mi corazón las horas sin paz,
que se ancle su exactitud en el hoy.

Que solo sea tu semilla una flor en el ártico desliz que se aleja.

Dime, ¿por qué vuelve lo innombrable a mi ser?


3 comentarios:

  1. Quisiera encontrarte en las páginas de un hogar desnudo,


    Bellisimo, como la memoria cuando abre sus puertas y yo abrazo cada uno de tus versos. De la cálida memoria de la dulce nostalgia.
    y tus metáforas son siempre brillantes.

    un abrazo

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  2. por cierto, tomo prestado ese verso, me inspiró. Gracias de antemano

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  3. Gracias, Sandra, por acercarte a mi blog y comentar este poema. Un abrazo, amiga.

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