miércoles, 26 de junio de 2024

La espera



Día oscuro en el cristal donde no aparece la imagen de tu cuerpo.



Me acostumbré a la espera como se acostumbra el niño

a la plegaria nocturna del perdón, la taza de café adormecida

también espera que el remolino blanco, el ojo donde la espuma

forma rostros de olvido no olvide el tuyo, memoria de una luz

en la mañana con el resol mordiendo como un dulce lobo

de claridad los vestigios de una piel que ahora se dibuja,

con indolencia, en el trazo circular de una cucharilla de alpaca.



Algún día la espera dejará de ser un sueño y los párpados se abrirán

como los frutos del estío se abren, carnosos, a la avidez del gusano

que, pacientemente, los roe.

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