jueves, 26 de enero de 2023

Viviré en el silencio

 

Ahora voy a contarte de mí el frágil tallo,
la duda y el temblor de las horas sin luz.

Voy a decirte que no hubo barcos en mi mar
ni golondrinas en mi cielo. Que una fuente seca
dormía en mis axilas sin vello, que nunca cabalgué
las olas que llegaron, altas como un muro, silenciosas
como un veneno dulce, infantiles como el merengue de los postres.

Voy a susurrarte las palabras vencidas por la espera,
a tararear el arpegio inmóvil que nunca sonó en la madrugada,
a escribir para ti una epístola sin verbos, un poema sin adjetivos,
una misiva sin dirección ni remite.

Voy a gritar en tu lecho la furia del amor,
el espasmo que duele en la boca y acuchilla la garganta
con los alfiles del aullido, voy a cantar canciones sin letra
que tú ya conoces para que nazca de la alquimia 
del tiempo una música leal,
un coro antiguo de silabas azules.

Y, al fin, viviré en el silencio cuando tu sombra no me conteste
y descubra que habitas el frío de la indolencia, 
que apenas te importa la verdad de mi voz,
que ya solo tu espalda
alejándose 
es la respuesta que me das 
cuando, infinitamente, te nombro.

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