martes, 1 de noviembre de 2016

La música del agua



¿Escuchas la lluvia?, no pertenece al mar
ni al sur ni a tu nombre. Su disciplina
consiente en el color, elige la arquitectura
del silencio, se enciende con la melancolía
de las nubes, cae en gotas viejas como el sudario
de un planeta vencido. Aquí estamos, cubiertos
de penumbra, mientras el cristal envejece y espesas
lágrimas de vida dibujan gusanos, diamantes de agua
en la solidez de un vidrio seco. Ven, que no sea
tu memoria lo único que imaginas, deja que el ritmo
de la música cálida envuelva al ser que ya no
eres, un futuro de ríos, de aguaceros blancos,
de siembra en la piel que engalana tu desnudez.
Desde la cama en éxtasis olas de agua abanican
las calles, un lloro múltiple invade el corazón
de los mendigos, ajenos a la noche y al día como
un cielo oscuro en el que tú y yo destilamos
misterio, hojas mojadas por los eclipses de la luz.

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