viernes, 4 de febrero de 2011

Ribeira do Douro

Ninguén pisa a pel do animal perfecto.
Hai balcóns cunha pálpebra vermella,
e máis ao sur a memoria dos peixes.
Íspense as barcas baixo o sol
de agosto, gacelas dun soño
innombrable. Non existe país nos toldos
caídos. Alguén lé poemas
con mirada de príncipe. É
a tarde coa súa espesa quietud
un rostro baleiro, un debuxo
de cabelos e mar.

Oporto. Agosto, 2.010



Nadie pisa la piel del animal perfecto.
Hay balcones con un párpado rojo,
y más al sur la memoria de los peces.
Se desnudan las barcas bajo el sol
de agosto, gacelas de un sueño
innombrable. No existe país en los toldos
caídos. Alguien lee poemas
con mirada de príncipe. Es
la tarde con su espesa quietud
un rostro vacío, un dibujo
de cabellos y mar.

2 comentarios:

  1. Oporto con sus coloridas casas te ha inspirado un hermoso poema..has captado en imágenes una tarde que da envidia de no haber estado allí..

    Un abrazo Ramón

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  2. Gracias por tu visita, Isabel. Me alegra que te haya gustado el poema. Un abrazo, amiga.

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