sábado, 1 de octubre de 2022

Vencedores

 

Amo la lluvia porque cae y no se detiene.

 

Me moja su aliento líquido

en las adormecidas tardes del café.

 

Recorrí el cristal donde dejabas tus huellas,

no vi más que una sombra que huye. 

 

Caminar es tan simple como el rito de la palabra,

mecánica doble que ejercemos sin querer. 

 

Acercarnos a las orillas, 

descubrir la soledad del extrarradio,

y luego la nostalgia del frenesí de los bares,

sin el río,

ni el árbol

ni la escombrera.

 

Presentimos dos luces en una sola luz,

el sol es un espectro, mientras la noche brilla

desde un pedestal en llamas.

 

Tú te desnudas en el alcohol,

y yo me visto con un ropaje inventado por ti.

 

De muy lejos llega la música para nosotros,

dime que hay un perdón por existir

que no nos compete, dime que,

en este momento, y ya para siempre,

hemos vencido.


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