viernes, 24 de enero de 2020

Palabras de humo en el "Galo d´ouro"



Como otras veces
llegamos en la nube del insomnio
sin los paraguas abiertos.

La palabra es tan tierna como un murciélago herido
y el hambre vive bajo el umbral
que gotea una humedad solidaria con los besos
y el dulzor de los vasos alegres.

Un crepitar de música revienta los espejos,
como sombra un artilugio abstracto
que se mueve sin rigor
dueño del humo y las risas de invierno.

Los títeres son fotografías de acólitos del jazz,
es curioso que naden entre instrumentos los hilos del silencio
y que en las copas resucite la verdad
que poblará los labios de hongos azules y flechas sin pretérito.

Ella dice que la lluvia amaneció blanca
y todos escuchamos un rumor de ubres en la niebla.

Hay tantos cristales rotos,
manoseados por este aire sin ayer
que roba a la música el orden,
que anticipa el sueño de la carne,
que forma el humus estéril del volcán ciego
que enrojece la luz.

Y sí, las historias se engarzan en diálogos que son rosas de agua
y sí, los monstruos habitan en la placidez de los bolsillos
que en el regreso acompañan a la armonía de los pasos,
en fuga, en duelo de nocturnidad.

¿Hay pájaros aquí, en el swing,
en las letras omnívoras del cantautor,
en el ritmo colorado de la samba,
en el anuncio de la nueva trova
con su rotura de versos, de caléndulas, de ciclos,
de utopías de sangre?

Ya mi rostro no es el del amigo,
su perfil ha buscado en los espejos ese otro que fui
en el instante en que dudo si mirar mi ausencia.

Dejadme, compañeros, el hielo y la dulce absenta,
un cigarrillo que muere, los pensamientos de libertad
auguran una imagen de narciso
bajo mi cadáver que se ha quedado aquí
desnudando las horas,
amaneciendo transparente
junto a la crisálida del horror.



"O Galo d´ouro" es un pub de Santiago de Compostela

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