martes, 9 de julio de 2013

La verdad

Y es que en fin la oruga volvía a levantar cabeza.

En mi habitación, conversando con la luz,
sobre la cama un libro de Bataille,
con sus infatigables delirios
sobre el amor, el sexo
y la muerte.

Si, me digo, el antiguo conflicto entre eros y tánatos,
el impulso suicida igual que la nostalgia
por un tiempo sin fe.

Y todo antes de que la inocencia sucumbiera en manos de la culpa....

“Tu padre morirá de cáncer”, eso dijeron.

Supongo que él esperaba alguna forma de gratitud
o de piedad
o quizá el bálsamo de una mentira.

¿una mentira?

4 comentarios:

  1. La fe pende de unhilo, es fácil perderla, la vida nos ahoga y hasta tira la silla que nos sostiene y nos suicida, es dificil de entenderla.
    La verdad puede ser la soga.
    Un abrazo

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    1. Muy razonable me parece lo que dices, Sandra. Gracias por pasarte por aquí y hacérmelo saber. Un abrazo.

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  2. Así es. La fe es lo que puede hacer que nos mantengamos vivos, aunque nos tambaleemos.
    Saludos!

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    1. Opino igual que tú, Francisco. Gracias por pasar por el blog y dejarme tu comentario. Un saludo cordial.

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