lunes, 28 de enero de 2013

Otro lugar

Largo es el tren de la amargura. Un haz reproduce
la gimnasia que la isla toma por carmesí. Está
el hombre de las pistolas, el rubio que dulcifica
su piernas con el amago de la nicotina o el señor
del tiempo frio con el sudor de los mapas.
Y dentro el raíl de las águilas o el hemisferio de
los amaneceres cuando me falta la estrella o el color
o la sombra de un abril que no quiero. ¿Quién ha
vencido hoy a ese camino que raya en las orillas?
¿Quién busca el insomnio en la exactitud del párpado?
Me oigo en el talud, en el garaje, en el ambigú
de los rostros. Cinco meses, cien meses sin dulzor,
pero existe el columpio y la anémona, el laberinto
y su redil, las mañanas que se pegan al rocío como
palomas viajeras y la horas vacías del paseo entre
la garganta y la luz o el misterio y el golpe que un
músculo proscribe. No hay aquí verdades, cada símbolo
ha dejado de ser un don, la palabra se refugia en el óxido
como el crisantemo del sol en su cicatriz.

2 comentarios:

  1. Todo el poema es una belleza, pero esta frase me dejó pensando:
    ¿Quién busca el insomnio en la exactitud del párpado?

    mariarosa

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  2. Muchas gracias, Maria Rosa, por visitar mi blog y dejarme tu comentario. Un saludo cordial.

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