domingo, 15 de mayo de 2011

La Meseta

Ahora resucitan los campos con su virtud cuadrada.

Casas de adobe con las branquias abiertas,
el vuelo de la cigüeña como un poderoso bombardero de sueños.

La luz tiene el color de la espiga,
en el aire los telégrafos levantan sus cruces de pino
blanco.

Tú sabes que la ciudad es sólo un nombre,
que jamás su amanecer de pantera
abrigará nuestro paso.

Tú sabes que no existe memoria más allá del horizonte.

Más acá del deseo.

2 comentarios:

  1. No sé si el poema hace referencia a la meseta castellana, pero pasé varios años de mi vida rodeado por aquel paisaje, y te puedo decir que el poema te transporta a ese paisaje abierto e inmenso, de cultivos multicolor y campanarios de iglesias a lo lejos. Un gran poema que me ha encantado.

    Un abrazo.

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  2. En efecto, Ramón, el paisaje que intenta retratar el poema es el de la meseta castellana. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo.

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