domingo, 11 de julio de 2021

La isla verde

 A Tenerife, donde viví seis meses

 

Mi tren cruza el cielo como un albatros de metal.

 

La isla verde es la joroba de un pájaro,

sumergido pez sin alas,

anfibio animal,

columna de dios en su lágrima azul.

 

Hay un acento suave en las palabras,

almíbar en la piel,

ojos oscuros de terracota,

esbeltez de navío en los hombros

levemente inclinados como una proa gentil,

novicia del horizonte

que se entrega a la cal del tiempo.

 

Y la fruta amarilla

y la flor roja

y la tierra negra,

el árbol milenario con sus rizos salvajes,

la guagua gris,

ciempiés

al sol

de abril.

 

Mi húmedo latir es la sombra de un reloj olvidado,

allí supe que no hay tren de regreso desde las estaciones de la luz.

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