miércoles, 23 de mayo de 2018

El sueño de los elefantes

Me pregunto cuando fue la última
vez que desdoblé el aire y le dije
aquí tienes un sitio, una hoz inmensa,
una altiplanicie de pérgolas.
Me pregunto por tus cabellos
a los que di un nombre,
largos abecedarios y abalorios
de rojo incandescente, que numeré,
que puse sobre la arena,
que invité a ser racimos.
Un solo color,
un misterio de epístolas,
¿recuerdas?,
la inmensidad en ríos de tinta.
Y a mí que me gustaba engañarte,
ser historia que inventaba historias
porque veía en tus sienes
la felicidad de un segundo.
Hoy la distancia huele a besos que han expirado
y ni un solo cabello se puede atornillar al olvido.
Te tengo aquí como a la sombra vieja,
polvo que ha comido del sueño de los elefantes.

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