domingo, 1 de septiembre de 2013

Tarde de verano

Aprendí fácil el álgebra de las calles.

A pesar del miedo y la costumbre de los domingos
hospitalarios.

Todavía queda el dibujo de las plazas,
el refugio del calor en el viento triste.

Tú buscas el látigo de la sombra,
las heladerías con sus flores
frías.

Atardece en la memoria insomne del cristal.

Vivimos.

2 comentarios:

  1. Repasando tus últimos poemas Ramón.
    Siempre aprendo de todos ellos.

    vivimos.


    Gracias

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  2. Gracias, Antonio, por tu generosidad. Un abrazo.

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